“El día del sábado ofrecerás dos corderos de un año, sin defecto, y una ofrenda vegetal de dos décimas de un efa de harina fina amasada con aceite, con su libación.
Este es el holocausto de cada sábado, además del holocausto continuo y de su libación."
(Números 28: 9-10)
El corazón, en las Sagradas Escrituras, representa el centro del alma, de donde emana todo lo que el hombre piensa, habla y hace. Pues los pensamientos son la manera en que el hombre intelectualiza lo que de su corazón emana, su deseo. Las palabras son la manera en que el hombre expresa sus pensamientos, los cuales como dijimos anteriormente son el resultado del discernimiento intelectual de un deseo que emana del corazón del hombre. Los actos son la labor que hombre emprende en pos de satisfacer ese deseo que emana de su corazón, su discernimiento intelectual del deseo de su corazón le dirigió sobre la manera de satisfacerlo, y por eso el hombre entiende o sabe qué acto es el que necesita hacer para satisfacer el deseo que emana de su corazón.
En resumen, el acto físico solo es el resultado de un proceso de discernimiento espiritual dentro del alma del hombre, siendo entonces el acto físico la manifestación de lo que está emanando desde el corazón del hombre, el acto es el medio en que lo espiritual que emana del corazón del hombre se manifiesta en el mundo material.
Toda persona justa en Cristo debe estar consciente que el valor de su ofrenda física se lo da el corazón con que se está presentado, de allí la importancia en que no solo nuestra educación en la Torá sino el ambiente de nuestras comunidades, deben de ser propicias para cultivar los corazones de los ofrendantes y que estos sean adecuados, y entonces sus ofrendas y oraciones sean gratas delante del Trono Celestial.
Y por otro lado debemos aprender sobre el momento adecuado para cada ofrenda, no antes y no después de lo que la Torá ha instruido, por ejemplo, la ofrenda del Shabat (séptimo día de la semana) es clave para un hijo de Dios, siendo el Shabat la puerta que une a este mundo con la perfección que viene del Creador de los cielos y la tierra, y teniendo en cuenta que en ese día nos disponemos a cerrar nuestras manos para no laborar y así buscar esa perfección, nuestra ofrenda de Shabat es de suma importancia, y por eso debe ser dada antes de iniciar mi búsqueda de esa perfección disponible en ese día santo.