Dios instituyó fiestas para que el hombre entienda que la vida tiene sentido.
Los hijos de Dios son lo indicados para revelar la vida como Fiesta. Ellos son los que se manifiestan como seres especiales que viven en Propósito. Desde ellos se entiende que Iglesia es gente en autoridad que se congrega para determinar y decretar las pautas para alinear las circunstancias en servicio del Propósito Eterno de Dios. La asamblea de hijos entrena a los mismos en el ejercicio de la autoridad delegada por Cristo para estar sobre toda circunstancia.
Cada hijo de Dios en Propósito se sabe a sí mismo como único e irrepetible. Cada uno de ellos celebra la vida porque entiende que su presencia y su vida le da sentido a la historia misma de la humanidad.
La enseñanza del tercer día es muy importante que la implantemos en el corazón a fin de que el Espíritu del Altísimo nos movilice en su promoción a los nuevos tiempos proféticos.
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