martes, 14 de febrero de 2012

14 de Febrero DÍA DEL “AMOR” O TIEMPO DE BAAL MOLOC

 

P.A. David Nesher

Hoy, el mundo celebra al “amor”. Hoy los enamorados se colocarán a su servicio. Hoy, el Cupido aparecerá en muchos lugares del occidente pagano. El tierno niño con alas será visto, tensando su arco y flecha, como el principal inspirador del amor. Pero, ¿a qué amor se está hoy recordando? ¿Qué espíritu se activa, en un día como hoy, al celebrar a “San Valentín”?


El Día de San Valentín o "Día de los enamorados" es una celebración tradicional de países anglosajones que se ha ido implantando en otras naciones del occidente consumista a lo largo del siglo XX principalmente en la que las parejas de enamorados expresan su amor y cariño mutuamente. Se celebra el 14 de febrero, onomástico de San Valentín mártir. En algunos países se conoce como “Día de los Enamorados” y en otros como “Día del Amor y la Amistad”.

Cupido es, en la mitología romana, el “dios del amor sexual”. Equivale al Eros de la mitología griega, y a Kāmadeva en la mitología hindú. Su nombre en los distintos idiomas significa «el deseo a su máxima expresión».

El Cupido, es un símbolo que, por muy gracioso que se vea, no deja de ser una imagen de un dios de naciones paganas al que el Eterno Dios Verdadero aborreció en su Instrucción (Torah):

“No ofrezcas a ningún hijo tuyo como sacrificio a Moloc. Eso es faltarle el respeto al nombre de tu Dios, porque yo soy el SEÑOR.”
(Levítico 18:21)


La fiesta que hoy se llama “del amor” se inspira en una potestad del aire muy fuerte que dominó con su culto los lugares altos del Oriente Medio, particularmente los de Canaán. Dicha divinidad fue, y es, conocida por muchos nombres (después de todo a los demonios les gusta tener la mayor cantidad de nombres posibles). Entre uno de los tantos se destaca el de ADRAMALEC que significa en acadio “manto del rey”, ó “cobertura del rey”, haciendo alusión a la idea de que este dios habita en tinieblas y solamente se les revela a aquellos que pactan con sangre el tener su cobertura esotérica. Es decir, que es un espíritu de jerarquía del inframundo que se caracteriza por colocar “mantos” o “velos mágicos” sobre las cabezas (modo de pensar) de los hombres. 

De acuerdo al relato escritural de la revelación sagrada, este culto llegó a Tierra Santa, después de la caída del reino del norte, con su capital Samaria (año 522 A.C.). Fueron los asirios a través de los aveos de Sefarvaim quienes implantaron en los lugares altos de Israel: “…y los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac; y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego como ofrenda a Adramelec y Anamelec, dioses de Sefarvaim (2 Reyes 17:31). Es interesante destacar que el nombre “aveos” significa “los que les gusta vivir en ruinas”. Y justamente ruinas son las que quedan cada año como consecuencia de esta celebración.
A este dios pagano se lo llamó también ANAMELEC que significa “cántico seductor del rey” ó “el rey que seduce con su música y canto” ya que su nombre deriva de "Melec", que significa "el Rey“. 

Se lo representaba bajo forma de mula con torso humano y cola de pavo real. 

En Asiria, se le consideraba el dios Sol, equivalente al Tamuz babilónico (Ezequiel 8:14).

Los dos nombres con que se lo adoraba revelan la idea del “dualismo” introducido por la serpiente en la enseñanza anti-Dios que le diera a la primera pareja humana en el Edén (Gn. 3). Dicho dualismo ha inspirarado por milenios en la mente de los hombres la idea de que los opuestos del bien y el mal deben ser dominados a través de un conocimiento especial (gnosis) que permite equilibrarlos en el interior de la raza humana. La propuesta que surge de esta ida será adorarlo en sus dos facetas: cubierto por un manto (oscuridad- tinieblas- mal) o cantando seductoramente (luz - bien – amor). Por esto se preparaba el tiempo invernal como el más representativo de esta mentalidad.

Un dato curioso es que a raíz de esta vana filosofía esta divinidad era muchas veces representada por dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil. A modo de ejemplo, los romanos lo llamarán Jano y le dedicaron nuestro actual primer mes del año, (january o enero). De este modo se aseguraban que el espíritu que se adoraba en diciembre por medio de la fiesta carnal de las saturnalias (hoy navidad), permaneciera activo en autoridad para celebrar en el febrero con más concupiscencias en las bacanales y  lupercalias (hoy carnaval y Día de San Valentín). 

Para entender la presencia de este principado en Medio Oriente, aportaré que al llegar a Israel su culto se lo asoció con MOLOCH ó MOLOK MILKOM (dios de los moabitas) debido a una práctica cúltico-litúrgica coincidente: Los niños eran sacrificados como tributo para él en 25 de Diciembre abriendo así desde ese día las puertas del inframundo y permitiendo a incalculables espíritus la inspiración de ideas creativas a partir de fiestas sexuales. Generalmente se representaba a MOLOK con la figura de un hombre con cabeza de carnero o becerro, sentado en su trono con una corona en la cabeza y un báculo tridente en su mano. 

Como podemos ver en un primer lugar Adramelec, Anamalec o Molok es el espíritu pro-aborto que durante este tiempo particular toma control de las mentes humanas y las conduce a ver esta disciplina como un “simple método” de control de natalidad o el ejercicio de un “derecho humano”.

La cosmovisión de este culto creía que como resultado de una catástrofe ocurrida en el despertar de los tiempos, el espíritu de Moloch se había transformado a sí mismo en oscuridad al convertirse en materia (comparar con Génesis 1:2). De acuerdo con estas creencias el hombre era la encarnación de esa misma tragedia, y para redimirse de ese pecado era necesario ofrecer sacrificios de recién nacidos, sin defecto alguno, a Moloch ya que se consideraba que los bebés eran los seres más impregnados de la energía pura de la materia, característica que los adultos perdían con el tiempo al desarrollar su alma llena de temores, sufrimientos y pecados. Molok era considerado el símbolo del fuego purificante, que a su vez simboliza el alma.

A esta altura del estudio vale la pena señalar que tradicionalmente se ha interpretado MOLOCH como el nombre de un dios, probablemente denominado «el rey de la ignominia», pronunciado a propósito como Molek en vez de Melek utilizando las vocales de la palabra hebrea bosheth (ignominia). Pero en otros pasajes el dios de los amonitas es llamado Milcom, no Moloch (1Reyes 11:7,33, y Sofonías 1:5). La Septuaginta lo llama Milcom en 1 Reyes 11:7 en vez de Moloch, aunque esto sugiere un posible error en la transcripción del hebreo.

A esta divinidad se le adjudica la creación de amores y pasiones entre los mortales por eso entre febrero-marzo estaba dos fiestas en su nombre. 
  Las Lupercalias (San Valentín)
  El Carnaval (Carne para Baal, su título pagano de “señor”)
Por medio de estas fiestas y de sus horrendas costumbres, esta divinidad comenzó a expandirse por el mundo mediterráneo de la antigüedad a través del comercio fenicio. Por ello, en un principio se lo asociaba con las riquezas ya que su adoración despertaba el amor al dinero y el éxito en toda contratación comercial. 

Desde este inicio de expansión las civilizaciones egeas y posteriormente los griegos le van a ir adjudicando diferentes representaciones de acuerdo a las asociaciones cultuales y litúrgicas que cada región va a aportar y contextualizar. 

El culto a Moloch se extendió junto con la influencia de los fenicios en el Mediterráneo, llegando incluso a las costas de los etruscos y la península Itálica. Cartago lo tenía como dios supremo y protector de la ciudad.

Así será como en Grecia se convertirá en Eros, el hijo de Afrodita (diosa del sexo)  y de Ares (dios de la guerra). Al ser hijo de los dioses de la guerra y del amor, Eros resulta ser el dios de los enamorados, creando de esta manera un balance o equilibrio entre el amor y la tragedia. 

Era el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad. Según la obra de "El banquete" de Platón fue concebido por Poros (la abundancia) y Penia (la pobreza) en el cumpleaños de Afrodita. Esto explicaba los diferentes aspectos del amor según la cosmovisión anti-Dios de esta potestad del aire.

Las dos fiestas de esta temporada son dedicadas a la frivolidad, la glotonería, el despilfarro y la ostentación. En ellas se persigue que la “gloria” del inframundo cubra al hombre mortal. Por eso  se usarán máscaras como representación de esa “cobertura”. La máscara de cada carnaval se convierte así en el patrón de la hipocresía, vestidura principal de la mentalidad legalista y religiosa que tanto los profetas cómo Jesús mismo denunciarán en su misión terrenal. 

 Al llegar este culto a Roma con el nombre de “el día de Cupido” (hijo de Venus y de Marte) se comenzó a celebrar en una fiesta llamada Lupercalia. Aquí Moloc Baal fue  llamado Lupercus. Según ellos creían  Lupercus, por su característica dual, los defendía de los lobos salvajes, animales que abundaban en las regiones de Roma y a quienes temían en sobremanera por los daños que les causaban.

Los romanos en honor a Lupercussu protector” y “benefactor” celebraban a mediados de Febrero su gran festival "La Lupercalia".


Su nombre deriva supuestamente de lupus (lobo, animal que representa a Fauno Luperco) e hircus (macho cabrío, un animal impuro) ambos símbolos de Anamalek o Molok. Fueron instituidas en honor de Pan Liceo (también llamado Fauno Luperco, formas grecolatinas de Molok), el que protegía de los lobo, símbolos de las maldiciones de Februo o  Plutón (príncipe principal del inframundo) el Adramalek o parte mala de Molok. Justamente el nombre del mes de febrero proviene de Februo.


¿Cómo celebraban los antiguos romanos su fiesta la Lupercalia? 

Con danzas, bailes y juegos eróticos que terminaban en orgías. 

El juego que más les gustaba a los romanos, especialmente a los jóvenes era el baile para encontrar su novia o su pareja. Para ello, en la fiesta escogían un recipiente esférico (representando a la luna llena) y allí depositaban los nombres de las doncellas preferidas. Muchas veces las parejas se transformaban en novios. Aún se acostumbra hacer este juego en algunas fiestas.

Un cuerpo especial de sacerdotes, los Lupercos o Luperci (Sodales Luperci o amigos del lobo) eran elegidos anualmente entre los ciudadanos más ilustres de la ciudad que debían ser en su origen adolescentes que sobrevivían de la caza y el merodeo en el bosque durante el tiempo de su iniciación en la edad adulta, lo que por aquel entonces era un tiempo sagrado y transitorio en que se comportaban como lobos humanos. Se reunían en la medianoche del 14 de febrero y estaban todo el día 15 en la recientemente encontrada gruta del Lupercal (más tarde llamada Ruminal en honor a Rómulo y Remo) en el monte Palatino. Según la tradición fue en este lugar donde Fauno Luperco tomando la forma de una loba, había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo, y en cuyo honor se hacía la fiesta. La tradición cuenta que allí había una higuera cuyas raíces habían detenido la cesta en cuyo interior se encontraban los gemelos Rómulo y Remo.

Bajo la sombra de esta venerable higuera, la Ruminalis, celebraban el sacrificio de un perro y de un macho cabrío, animales que eran considerados impuros. Después se tocaba la frente de los luperci con el cuchillo teñido con la sangre de la cabra y a continuación se borraba la mancha con un mechón de lana impregnada en leche del mismo animal. Éste era el momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada de ritual. Luego cortaban la piel de los animales sacrificados en tiras, llamadas februa, que junto con la deidad sabina Februo, y el sobrenombre de Juno, Februalis (la que purifica), son los posibles candidatos a darle nombre al mes de Febrero

Con este aspecto y casi desnudos, sólo tapados con unas tiras de cuero, salían alrededor del monte Palatino donde golpeaban a todos los que encontraban a su paso. El ser azotado por las tiras de cuero de los luperci equivalía a un acto de purificación, y era llamado februatio.
Este acto de purificación comenzó en el reinado de Rómulo y Remo, cuando las mujeres romanas se hicieron estériles. Después de consultar el oráculo de la diosa Juno (el demonio Reina de Cielo), en el bosque Esquilo, ésta respondió: "Madres del Lacio, que os fecunde un macho cabrío velludo". Y es ésta la razón por la que los luperci van desnudos uncidos en sangre de animales impuros (como si vinieran de caza) con pieles de lobo, golpeando con el látigo como si fuera un miembro viril. El clima era de desenfreno y frenesí.
Para las mujeres, este rito aumentaba su fertilidad poniéndole las carnes de color púrpura. Este color representaba a las prostitutas de la época, en particular las que ejercían la prostitución sagrada con los lupercos en el Ara Máxima, también llamadas lupas o lobas. Hoy en día es color del feminismo, movimiento que reclama la legalización del aborto en las naciones.

Con el paso del tiempo el Papa Gelasio I prohibió y condenó, en el año 494, la celebración pagana de las Lupercales. Pero como los romanos continuaban celebrándolo, el mismo prelado decidió “cristianizar” esta festividad y la sustituyó por el 14 de febrero, fecha en la cual murió martirizado un supuesto “cristiano” llamado Valentín, en el año 270 d. C. ¡Lupercus pasó a llamarse San Valentín!, un nombre nuevo más en la historia de expansión de este reptil luciferino.

Las lupercalias se trocaron pues en una procesión de candelas pidiendo, en cánticos y letanías la misma protección contra la muerte y la fertilidad que procuraba Fauno Luperco, ahora elevada a esperanzas de una vida y salud mucho más alta. A pesar de todo, esta procesión de las candelas desterró el rito pagano efectivamente pero sólo contribuyó a colocarle una “máscara” a un espíritu con mentalidad hedonista que logró sobrevivir y expandirse más allá de los siglos hasta hoy. De las lupercales procede hoy la tradición del carnaval.

El historiador Will Durant hizo este análisis: “El cristianismo no destruyó al paganismo sino que lo adoptó. La mente griega, moribunda, siguió viviendo transmigrada en la teología y liturgia de la iglesia; el idioma griego, habiendo reinado durante siglos sobre la filosofía, se convirtió en el vehículo de la literatura y el ritual cristiano; los misterios griegos se transmitieron al impresionante misterio de la misa. Otras culturas paganas contribuyeron al resultado sincrético (de mezcla)… El cristianismo fue la última creación del antiguo mundo pagano” (Libro: “La historia de la civilización”).

Hoy en día nadie pareciera importarle quién fue “San Valentín”, ni menos quién fue el famoso “Lupercus”, ni si esta fiesta es de origen pagano o cristiano. Y es más por si hubiera algún cristiano que se le ocurriera tener escrúpulos de celebrar esta famosa fiesta, la “moderna cristiandad” han solucionado el problema colocándole un nombre simpático, inofensivo y atrayente: “Día del amor y la amistad”.

Si Ud. se considera un hijo del Dios Altísimo y Verdadero. Si Ud., conoce y respeta la Palabra de Dios, debe de preocuparse de lo que el Señor espera de usted como árbol de justicia plantado en esta Tierra. 

En primer lugar debe saber que Dios, el Eterno, de ningún modo y bajo ninguna circunstancia permitirá que se le adore o se le rinda un culto mezclado con paganismo. Se puede llegar a creer que en una fiesta se está celebrando u honrando Su Nombre pero si esa celebración tiene mezcla con paganismo el honor no lo recibe el Señor, sino que está llenando de energía vital a la serpiente antigua, el gran dragón rojo. 

Abba Padre nos da bastante conocimiento en su Santa Palabra para distinguir la luz de las tinieblas. 

Sea como fuese, “San Valentín” (o San Baalentín) se ha convertido en el patrón de todos los enamorados y de todas aquellas personas que quieren tener una pareja. Los comerciantes se han hecho eco de esta festividad y la han convertido en un día perfecto para aumentar las ventas. Flores, postales, poemas de amor, dedicatorias, bombones y regalos de todo tipo se realizan este día al ser querido para demostrar su amor y amistad. Así el enemigo de nuestras almas ha logrado imperar robándole al hombre uno de los instrumentos más importantes que el Eterno le entregara para ejercer la Verdadera Adoración: la sexualidad humana.

En segundo lugar, es necesario que entendamos de una buena vez que Satanás sabe que para engañar al mundo hay que hacerlo en forma oculta, tras un disfraz, de modo que poco a poco suavemente y a lo largo de muchos años logró que el paganismo se estableciera en lo que termino llamándose la Iglesia ataviada no con las vestiduras santas de Cristo, sino con las vestiduras que aparentan ser cristianas y no lo son. Las vestiduras color púrpura, el color de la prostitución sagrada. Por algo el Juan de Patmos la visualizará como la Gran Prostituta, madre de todas las rameras de la Tierra (Ap. 17). La cobertura o manto del rey de la ignominia (Adramelek o Molok) tomó con falsos profetas las mentes de los hombres colocándoles velos mágicos con los que logró por miles de años esclavizarlos en la “mentalidad de manada”. Pero hoy el Eterno ha tocado trompeta y ha anunciado el cumplimiento profético de su liberación: 

“… libraré a mi pueblo del poder de ustedes y de los velos que le han puesto, y no lo volverán a atrapar. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor. Ustedes, con sus mentiras, han acobardado a los buenos, cosa que yo no quería hacer, y en cambio han animado a los malvados a seguir en su mala conducta, para que yo no les dé vida.  Por eso no volverán ustedes a tener sus falsas visiones ni a proclamar sus profecías de mentira. Yo salvaré a mi pueblo del poder de ustedes, y reconocerán ustedes que yo soy el Señor.”»
(Ezequiel 13: 21-23)


Como hijos del verdadero Dios debemos de cuidarnos de los que celebramos y guardamos. Como siervos de su Gracia debemos movernos denunciando como atalayas estos errores a fin de que la Luz prevalezca sobre las tinieblas una vez más y como siempre.

Autor: David Nesher
Ministerio Cristiano Monte Santo
Mendoza, 14 de febrero de 2012

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